“ENGAWA” es el lema de la propuesta ganadora realizada por AIA conjuntamente con BB Arquitectes, para la construcción del nuevo Complejo Deportivo Municipal (CEM) la Sagrera. Un edificio compacto, sostenible, económico, funcional, flexible y eficiente energéticamente.
El edificio se adapta a la topografía existente, y las diferentes plataformas resultantes refuerzan la independencia de los usos principales: área piscinas (con la posibilidad de que estas fueran cubiertas) , área de pádel y área de gimnasio, intentando liberar el máximo de espacios exteriores. La propuesta volumétrica del conjunto pretende establecer una continuidad con la estructura urbana de la isla. De esta manera, se disponen los volúmenes alineados a la calle liberando un interior de isla como espacio público y de recreo. Un espacio que hará las funciones de nueva plaza pública abriendo el equipamiento al barrio.
El edificio arranca en un zócalo cerámico que se integra dentro de la materialidad dominante al entorno y sirve de apoyo al prisma ligero y compacto que contiene las salas deportivas. Esta ligereza permite una menor presencia al entorno edificado. El acceso principal se produce desde la cota más alta de la parcela, desde el espacio público de nueva creación que comunica con el nuevo equipamiento deportiva de Camp del Ferro y des de donde hay un mejor control visual de los accesos. Este nuevo espacio favorece la concentración de gente en la entrada del centro permitiendo reforzar con actividad ciudadana el centro y al mismo tiempo se garantiza una mayor seguridad vial para los usuarios, al no existir tráfico rodado.
Por otro lado, los usuarios de las piscinas quedarían al mismo nivel de calle y los abonados subirían a primera o segunda planta según el uso. Los accesos y ocupación de los vestuarios se gestionan según los usos principales, con circulaciones generosas e intuitivas y un solo núcleo de comunicación vertical que resuelve tanto el acceso como la evacuación. La fachada del edificio se plantea como una doble fachada virtual. La piel exterior es un peristilo perimetral de lamas verticales colocadas con distinto orden según su altura respecto al edificio, que controlan y organizan la incidencia de luz natural. La piel interior se compone de un cierre transparente a los espacios de uso que permite disfrutar al máximo de la iluminación natural controlada por las lamas exteriores.
Tanto por el diseño arquitectónico como por el desarrollo de las instalaciones previstas, se han adoptado soluciones flexibles y de alta eficiencia energética para conseguir un consumo casi nulo, con clasificación energética A.