Se propone un edificio que complemente y se funda con el existente, convirtiéndolos en uno solo, y a la vez permeable y transparente hacia un entorno que acontecerá un polo de actividad social potente con todas las actuaciones tanto edificadas como el espacio público que el planeamiento prevé hacer.
Un edificio sostenible, económico, funcional y flexible a la vez, que proponga soluciones de ahorro energético con una lógica constructiva y de gestión, con bajas necesidades de mantenimiento y muy eficiente energéticamente. Con una propuesta de estrategias activas y pasivas que, además, mejora en el posible las prestaciones del pabellón existente.
La relación con el entorno urbano se produce a partir del acceso a la esquina de la calle del Cobre. Un ‘’mordisco’’ a la planta baja del volumen hace permeable el interior desde el espacio público y lo prolonga a través de un vestíbulo que se aboca a la visión sobre la piscina y se convierte en el acceso único a todo el complejo. De una manera muy natural, toda la equipación acontece unitario a partir de su acceso y de un solo vestíbulo con vocación urbana y dimensionado a escala de la importante actividad que se desarrollará, que organiza de una manera muy visible todos los accesos al pabellón, la piscina, las salas de fitness.
El proyecto propone como premisa de actuación situar la piscina a la misma cota de la pista del pabellón actual. Esto posibilita tener un edificio con una relación de altura más contenida que configura una mejor continuidad volumétrica del conjunto, obteniendo así un edificio resultante de la suma pabellón+piscinagimnasio, más equilibrado donde los volúmenes que se generan son más homogéneos y tienen un impacto menor hacia el entorno.
La propuesta resuelve todos los espacios y premisas funcionales, tanto en disposición y circulación, como en superficie que el programa prevé. Unos recorridos claros y diferenciados que permiten el buen funcionamiento de todos los usuarios del centro, ya sea de manera simultánea o independiente.