HOTEL ME. BARCELONA
A la posible lectura horizontal de Barcelona, construida según las reglas geométricas del Plan Cerdà, se suma la posibilidad paralela de realizar su lectura como ciudad vertical, donde destacan diferentes signos arquitectónicos como la Sagrada Familia, las torres de la Vila Olímpica, el Tibidabo o la torre de telecomunicaciones de Montjuïc. Esta posibilidad de percepción de la ciudad, inspira a imaginar un edificio cuya base se implanta en la ciudad horizontal y cuyo cuerpo se eleva en la ciudad vertical, y que desde sus primeros croquis es desarrollado conjuntamente por AIA, Dominique Perrault y Corada Figueras, contando con la colaboración en las estructuras de BOMA.
El Hotel Me, con 29.334 m2 construidos y 259 habitaciones, se ubica en el distrito 22@, enclave de la innovación tecnológica, económica, social y urbana de Barcelona, y compatibiliza con esos mismos criterios, haciendo de éste un óptimo punto de encuentro y de participación en la dinámica del distrito.
El edificio se plantea como la escisión en dos partes de un bloque geométrico perfecto, deslizándose una sobre otra, creando de esa manera un movimiento de forma y volumen que genera una silueta que se inscribe en el skyline de la ciudad vertical como un nuevo punto de referencia gracias a su altura de 117 metros (que le convierte en uno de los cinco edificios más altos de Barcelona) y un voladizo a 25 metros, que otorga un sentido urbano a la inserción de la torre dentro de la ciudad horizontal.
Convertir un objeto de estas grandes dimensiones en un diseño constituye el complejo reto arquitectónico. La dirección de obras, llevada a cabo por AIA y BOMA, introduce técnicas innovadoras en el sistema de construcción de este edificio de 32 plantas en altura y 5 plantas subterráneas (cuatro plantas destinadas a estacionamiento de vehículos y otra reservada para servicios del hotel y una sala de actos polivalente) para evitar obstáculos durante el proceso de construcción y reducir considerablemente el tiempo de ejecución de la obra.
La construcción comienza estableciendo una cota de inicio situada a cinco metros bajo el nivel del suelo, a partir de los cuales se comienza a construir simultáneamente la estructura en sentido ascendente y descendente. Esta nueva técnica puede llevarse a cabo gracias a que el plano del forjado de esa planta subterránea delimita físicamente el espacio en dos unidades autónomas que se desarrollan con técnicas constructivas distintas. La estructura del cuerpo principal del edificio se construye con un gran molde metálico que se activa mediante una elevación deslizante, en lugar del sistema de trepa tradicional. Se hormigonan de forma simultánea todos los muros de la planta y únicamente se ejecuta un forjado cada seis plantas. Al coronar la torre, se construyen los forjados restantes por grupos de cinco.
La organización de las funciones del hotel es resultado lógico del análisis de la situación arquitectónica del edificio: en la base del edificio “cubo”, se emplazan las relacionadas a las actividades colectivas (lobby, restaurantes, fórum, piscina, bares ); en el cuerpo del edificio “torre”, se ubican las habitaciones.
El ahorro energético e hídrico en el consumo de las instalaciones se cuida especialmente para asegurar su reducción al mínimo. Un complejo sistema de climatización permite recuperar calor para la producción de agua caliente sanitaria al tiempo que produce agua fría para la climatización. El agua de la piscina exterior climatizada mediante la energía de paneles solares; asimismo, se proyecta una red separada de recogida de aguas grises de duchas y lavabos que, tras su filtración y limpieza, se aprovecha para el consumo de los inodoros.
El revestimiento del edificio está realizado con unas gruesas placas compuestas de vidrio y de acero inoxidable, rígido y resistente a la corrosión, que le protegen a la manera de una colmena, permitiendo una amplia vista desde el interior de las habitaciones al exterior, conectándolas visualmente al paisaje de la ciudad. Tres tipos de paneles componen la piel del hotel y se repiten, de forma ilimitada, ventanas, paneles filtrantes y paneles opacos. Esta secuencia de materiales permite que las habitaciones disfruten de luz natural, se preserve la intimidad y dispongan de unas vistas inmejorables, conservando un excelente nivel de aislamiento térmico y acústico. Las cualidades de los materiales empleados para este revestimiento otorgan numerosos matices que llenan de expresividad la superficie exterior del edificio: juega con la luz, brilla en una de sus caras, se ensombrece en la otra, es transparente en los ángulos de la torre y culmina como una especie de punta ensamblada en el perímetro de las terrazas.