Se propone un edificio amable, que se despliega en el entorno de un nuevo jardín abierto en la ciudad, donde la articulación de los volúmenes responde a la voluntad de crear espacios diferenciados dentro de la nueva biblioteca: espacios de lectura, consulta y estudio de dimensión doméstica que aseguran la comodidad y tranquilidad a los usuarios, una magnífica área infantil de doble levantada, áreas de formación y atención ciudadana, áreas de música e imagen con estudio de grabación, servicios de bar-restaurante e incluso zona gaming. Es, más que una biblioteca, un nuevo punto de encuentro de la ciudad que encabeza un nuevo modelo de espacios socio-culturales. Los ciudadanos verán, desde el Paseo de la Generalitat, un nuevo jardín y una biblioteca abierta, la actividad interior de la cual es perfectamente visible desde la calle. La fachada es un elemento destacado y especialmente diseñado porque todos los espacios de la biblioteca disfruten de una magnífica iluminación natural, filtrada y controlada, permitiendo al mismo tiempo que desde cualquier rincón de los espacios de lectura, se tenga una buena visión de los árboles, el nuevo jardín y el casco antiguo. Diez grandes árboles han sido plantados en el jardín, uno por cada una de las víctimas del atentado terrorista del año 1991 que sucedió en este mismo emplazamiento donde se ubicaba el antiguo cuartel de la Guardia Civil. Así el jardín es, por encima de todo, el espacio conmemorativo que rinde homenaje a las víctimas del terrorismo, pero también es un espacio que puede ser utilizado por los usuarios de la biblioteca como espacio de relajación y descanso, para leer a la sombra de los árboles. Su leve inclinación hacia el interior, hace que la planta -1 obtenga unas condiciones de iluminación excelentes además de poder tener acceso independiente del acceso principal.