El Palau de la Música Catalana proyectado por el arquitecto Lluís Domenech i Montaner fue catalogado como Monumento Histórico-Artístico en 1971 y Patrimonio de la Humanidad en 1997. El edificio, sede del Orfeó Català de los actos a éste ligados, es una sala de conciertos modernista, que supera los espacios convencionales principalmente por el modo en que plantea su relación con el exterior y con la luz.
El proyecto realizado por A I A Arquitectes se ocupa de la iluminación artificial de los espacios nobles del edificio para adecuarlos a las necesidades de funcionalización requeridas por los tiempos y usos actuales.
En la elaboración del proyecto de diseño de iluminación de la sala de conciertos se han distinguido tres categorías o niveles, que permiten tratar y resolver con precisión las diferentes situaciones de uso, funcionalización y experiencia perceptiva de la sala: iluminación ambiental, iluminación monumental e iluminación espectacular básica.
En primer lugar, la iluminación ambiental –esto es, el tipo de iluminación que acompaña al espectador hasta su asiento- se plantea como generadora de un ambiente lumínico creado mediante múltiples y pequeños puntos de luz de baja intensidad. Con ello se trata de recuperar el ambiente que Doménech i Montaner proyectase originalmente para la sala, una tarea que incluye la recuperación de una serie de lámparas ornamentales a partir de la documentación histórica y fotográfica disponible.
Por otro lado, la iluminación monumental, que busca producir un nuevo tipo de iluminación arquitectónica con objeto de enfatizar el valor monumental del edificio, seleccionando y resaltando aquellos elementos de la sala que por su calidad, valor simbólico y espectacularidad son básicos para la comprensión de la misma. Las visitas guiadas y determinado tipo de espectáculo serán los principales eventos que disfruten de esta iluminación.
Finalmente, la iluminación espectacular básica, que supone la actualización de los equipos lumínicos básicos de la sala para adecuarlos a los requisitos de los espectáculos que actualmente se representan en el Palau de la Música Catalana, y en el que el esfuerzo arquitectónico crucial es lograr la integración de estos elementos técnicos con el máximo respeto al entorno en que se ubican.
A nivel exterior, la iluminación externa a la sala analiza y reelabora la iluminación de los espacios de uso común, vestíbulo de acceso principal, escaleras y foyer que por su uso y funciones así lo requieran.
La iluminación de la plaza se define desde la premisa de lograr incrementar su calidad como espacio al aire libre que pueda ser disfrutado en horas nocturnas, a fin de generar nuevas actividades y usos para ella.